El descanso activo
- OSCAR PORTALES
- 27 oct
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Correr es pasión, esfuerzo y constancia, pero también requiere saber cuándo parar. Muchos pueden pensar que descansar significa quedarse quieto, sin hacer nada, pero existe una estrategia que puede mejorar tu rendimiento sin dejar de moverte. Es el llamado descanso activo, tarea que debuta en la tercera fase del entrenamiento que te ofrecemos en esta revista. Un enfoque que permite que tu cuerpo se recupere de manera inteligente, potenciando tus entrenamientos y reduciendo el riesgo de lesiones.

El descanso activo consiste en realizar actividades suaves después de un entrenamiento de running intenso durante los días de recuperación. No se trata de correr a máxima velocidad ni de exigirse al límite, sino de mantener el cuerpo en movimiento de forma ligera para favorecer la circulación y ayudar a los músculos a eliminar toxinas acumuladas durante el esfuerzo. Ver el descanso como parte del entrenamiento convierte cada día en una oportunidad para mejorar.
Hay muchas formas de practicarlo y no todas requieren zapatillas de running. Caminar a ritmo relajado durante 20 a 40 minutos es una manera simple y efectiva de activar los músculos sin sobrecargarlos. Otra opción es pedalear en bicicleta, ya sea al aire libre o en una estática, manteniendo un ritmo suave que fortalezca las piernas y cuide las articulaciones.
La natación y el aqua running son excelentes alternativas, ya que el agua ofrece resistencia sin impacto, permitiendo ejercitar los músculos y relajar las articulaciones al mismo tiempo. Incluso actividades como yoga o pilates pueden formar parte de tu descanso activo, combinando estiramientos, respiración y movimientos suaves que aumentan la flexibilidad y ayudan a relajar la musculatura.
Además de los beneficios físicos, el descanso activo cuida tu mente. Mantener el cuerpo en movimiento sin esfuerzo intenso reduce la rigidez muscular, acelera la recuperación y mejora la oxigenación de los tejidos. Esto se traduce en menos fatiga y mayor energía para los siguientes entrenamientos. También contribuye a reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño y mantener alta la motivación, elementos esenciales para quienes se inician en el running y quieren crear hábitos duraderos.
Incorporar el descanso activo de manera constante disminuye el riesgo de lesiones. Los movimientos suaves y controlados ayudan a mantener músculos, tendones y articulaciones en óptimas condiciones, evitando sobrecargas y molestias que puedan frenar tu progreso. Además, permiten identificar señales de fatiga o pequeñas molestias antes de que se conviertan en problemas mayores, lo que convierte la recuperación en una práctica preventiva y estratégica.

Para aprovecharlo al máximo es clave escuchar al cuerpo. Se trata de moverse de manera consciente, sin exigencias, eligiendo actividades agradables y relajadas, transformando la recuperación en un momento placentero. Cada gesto suma y contribuye a crear una rutina equilibrada que combina esfuerzo y cuidado.
El poder del descanso activo está al alcance de todos los corredores. Más que un día sin correr, es una oportunidad para fortalecer el cuerpo, mejorar la circulación, reducir lesiones y mantener la motivación en alto.


